La insatisfacción laboral de las enfermeras que trabajan en la UCI está directamente relacionada con un nivel más alto del denominado ‘burnout’. Además, las profesionales jóvenes, casadas y que tienen abuso de alcohol y tabaco tienen una mayor predisposición a experimentar este ‘burnout’.
Así lo confirma la revisión bibliográfica ‘Job satisfaction and burnout syndrome among intensive-care unit nurses: A systematic review and meta-analysis’, publicada en la revista científica Elsevier y liderado por la investigadora Carmen Quesada-Puga.
La revisión, centrada en artículos y estudios que versan sobre los niveles de estrés e insatisfacción laboral de las enfermeras que trabajan en áreas de cuidados intensivos, lista los factores que más influyen sobre este colectivo para que tengan insatisfacción laboral. Los investigadores explican que, cuando las enfermeras experimentan un mal ambiente de trabajo, una mala ubicación del centro al que deben acudir, asumen muchos turnos de noche o tienen una carga asistencial excesiva, “esto conduce a situaciones de estrés y, finalmente, de ‘burnout’”.
España, líder en ‘burnout enfermero’
Además, la revisión analiza estos niveles de estrés por países y confirma que las enfermeras de España y Portugal son las que tienen mayor nivel de ‘burnout’. “El burnout entre las enfermeras es un fenómeno global, derivado de las duras condiciones y estresores diarios que experimentan”, indican en la revisión. Aun así, puntualizan que esto “no está presente en el mismo grado en todos los países” y que, como se ha mencionado, el grado más alto se da en la península ibérica.
Además, los estudios apuntan hacia que el ‘burnout’ tiene más incidencia en las enfermeras que en los médicos, y en especial en las UCI. En este colectivo el ‘burnout’ llega a tener una incidencia de hasta el 80%. De manera concreta, dentro de ese porcentaje, el 52% achaca la ‘quemazón laboral’ a la temporalidad de su trabajo, el 65% a asumir turnos de noche en enfermería, y el 58,9% a tener una titulación de cuidados intensivos.
Las mujeres, las más afectadas
Más allá, la revisión identifica que las enfermeras que sufren esta situación son en un 91% mujeres, tienen una media de 47 grados y más de 10 años trabajando en UCI. “A pesar de la existencia de factores personales, algunos autores señalan que la principal causa del burnout es un entorno de trabajo inadecuado”, reflejan los investigadores.
Sobre el entorno de trabajo, la revisión asegura que para que las enfermeras estén satisfechas con su trabajo, es importante la comunicación con sus superiores. Y hacen un diagnóstico: aunque por lo general hay buena relación con los responsables directos, las enfermeras echan en falta un mejor flujo de comunicación con la dirección de los centros donde trabajan.
Responsabilidad desde la gestión
En términos generales, la revisión concluye que los niveles de ‘burnout’ de las enfermeras oscilan entre el 33% y el 79%. “La variabilidad depende de las condiciones en las que se trabaja y los países”, detallan.
Concluyen que, para prevenir el burnout, “es importante que las enfermeras sean conscientes de su estado emocional”. “Esta responsabilidad no es solo individual, sino que también debe recaer en los supervisores y gestores de los hospitales, ya que el burnout puede provocar errores en la atención sanitaria y posibles daños al paciente”, terminan.