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Entrevista a Ángel López Triguero – Enfermero de Atención Primaria y miembro del grupo de trabajo de Cuidados Paliativos de AGEFEC

Los cuidados paliativos son un enfoque especial en el cuidado de las personas que tienen enfermedades graves. Estos cuidados se concentran en mejorar la calidad de la vida, ayudando a pacientes y cuidadores a aliviar los síntomas de la enfermedad y el sufrimiento producido por el proceso de final de vida.

Sabemos que la Enfermería es imprescindible para el tratamiento de cualquier paciente pero, en el caso de los cuidados paliativos, las enfermeras y enfermeros somos los que más tiempo pasamos con ellos y sus familias para ofrecerles una atención de calidad y el mejor acompañamiento hasta el final de la vida.

Ángel López Triguero, es un compañero colegiado que ha dedicado gran parte de su carrera profesional a los Cuidados Paliativos y hoy quiere compartir su experiencia para poner en valor el trabajo de los profesionales de este ámbito y dar a conocer la importancia de su labor diaria.

Ángel llegó a Galicia en el año 2001 tras haber estudiado Enfermería en León. Comenzó su trayectoria profesional en la Comunidad trabajando en Medicina Interna en el Hospital de O Salnés, hasta que se abrieron el Área de Hospitalización a Domicilio y el Equipo de Soporte de Cuidados Paliativos. Durante algunos años formó parte del equipo del Plan de Cuidados Paliativos del Sergas, del cual llegó a ser coordinador, hasta que volvió al grupo de HADO de O Salnés. En este tiempo se especializó en cuidados paliativos y en bioética.

Actualmente, desarrolla su actividad como enfermero en Atención Primaria en el Centro de Salud de Caldas de Reis y forma parte del grupo de trabajo de cuidados paliativos de la Asociación Gallega de Enfermería Familiar y Comunitaria.

 ¿En qué consiste el trabajo diario de un profesional de Enfermería en el ámbito de los Cuidados Paliativos?

Normalmente cuando se habla de cuidados paliativos se piensa en unidades específicas de cuidados paliativos o en hospitalización a domicilio pero realmente estos cuidados se hacen también en Atención Primaria o en muchas otras áreas de los hospitales o también en residencias de mayores. Además, también se suelen asociar a los cuidados que se prestan al final de la vida o en la agonía, pero realmente cuidados paliativos abarca mucho más. Por ejemplo, puede incluir al alivio de las secuelas de supervivientes de un cáncer o a niños con enfermedades que amenazan su vida pero que llegan a la edad adulta y son atendidos durante muchos años. Y no hay que olvidarse del duelo.

Junto con el equipo médico, nuestra principal misión es ayudar a pacientes y cuidadores a aliviar los síntomas de enfermedades avanzadas, proporcionándoles cuidados y atenciones necesarias para que el enfermo viva este tiempo con la mejor calidad de vida posible.

En nuestro día a día nos encargamos de valorar las necesidades de la persona. No solo necesidades físicas, sino también sociales, emocionales y espirituales. Esto es fundamental porque una parte importante del sufrimiento de la persona viene de necesidades que no son del cuerpo, sino de la conciencia de la muerte próxima y todo lo que ello implica. Entonces no podemos curar pero sí hacer una labor de acompañamiento que es muy terapéutica.

Elaboramos nuestro plan de actuación en colaboración con el resto del equipo y ponemos en marcha las medidas acordadas con el paciente.

Es importante la educación al entorno de cuidado y el cuidado mismo de las cuidadoras principales, en su mayoría mujeres.

Las enfermeras pasamos mucho tiempo con los enfermos y llega a establecerse a veces un vínculo muy estrecho. Por este motivo, en muchas ocasiones actuamos también como intermediarios entre el paciente y su médico y somos los encargados de trasladarle sus dudas o preguntas. Crear este vínculo terapéutico desde el principio de la relación facilita mucho nuestro trabajo y ayuda a la persona enferma porque confía en nosotros.

 ¿Cómo ayuda un profesional de Enfermería a los familiares de las personas que precisan  cuidados paliativos?

El profesional de Enfermería tiene un papel muy importante en lo que es la educación y el apoyo a las personas cuidadoras, que son quienes realmente se van a hacer cargo del enfermo cuando está en su domicilio. Nuestra labor consiste en explicarles cómo deben cuidar a su familiar, incluso anticipándonos a problemas que puedan surgir para intentar que el paciente que está en su casa pueda ser atendido de la mejor manera posible. Además, podemos ayudar a crear puentes de comunicación entre paciente y familia, porque puede ser difícil tener determinadas conversaciones, que son muy importantes pero muy difíciles por su intensidad emocional. El acompañamiento a la familia también es necesario, porque sufren con su ser querido, y tras el fallecimiento debemos atender su proceso de duelo.

 ¿En qué medida mejora la calidad de vida de estos pacientes cuando reciben este tipo de cuidados?

Lo primero que hay que destacar es que va a mejorar la información que tiene la persona. En muchas ocasiones los pacientes llegan a Cuidados Paliativos sin saber qué es lo que les pasa porque nadie se lo ha explicado o porque le han intentado dulcificar la situación por una cuestión de protección informativa, los conocidos como pactos de silencio. Es importante analizar cada caso para poder identificar qué es lo que el paciente quiere saber, crear esos puentes de comunicación, y que de este modo, la persona tenga la información que necesite y sea libre para tomar decisiones. Así conseguimos que nuestra atención sea más acorde con sus valores, sus expectativas y sus preferencias.

Además, si se aplican de manera precoz son muy útiles para poder planificar la última fase de la biografía de la persona de la mejor manera posible y poder adelantarse a las necesidades que puedan surgir. Cuando se le explican al paciente o al cuidador las situaciones que pueden darse y cómo deben reaccionar ante cada una, se mitigan las situaciones de estrés y se evitan muchas visitas a urgencias.

 ¿Es necesaria una formación específica en Cuidados Paliativos para trabajar en esta unidad?

Como sucede en la mayoría de las unidades, en Cuidados Paliativos es necesario contar con una formación específica que permita a los profesionales conocer cómo enfrentarse a cada caso. Actualmente, en las universidades existen algunas asignaturas que incluyen algunos temas de Cuidados Paliativos pero no hay ninguna específica sobre este tema que sería lo deseable, dada la complejidad que tiene la atención a nivel ético, en la comunicación con el paciente y la familia, en los cuidados, etc.

Además, también es necesario formar a los profesionales para que estén preparados para enfrentarse a la muerte, para poder hablar sobre ella y para que sepan cómo comunicarse. Si el profesional tiene trabajada la idea de la muerte, de su propia muerte, y adquiere las habilidades necesarias de comunicación, es más fácil ayudar al enfermo y a sus cuidadores.

Los profesionales que atienden a un gran número de estos enfermos, HADO o unidades de hospitalización de cuidados paliativos, que además tienen necesidades más complejas, necesitan formación más específica y avanzada para poder dar una respuesta de calidad.

¿Qué es lo más duro de trabajar en cuidados paliativos?

Para mí lo más duro es ver que las cosas no se han hecho bien desde el principio con un paciente y la situación llega a un punto en que es muy difícil de arreglar. Es frustrante ver que no se sabe qué querría el paciente porque nadie se ha preocupado por preguntárselo. Para mí esto es un problema ético de primer orden.

También lo es la sedación paliativa, por las implicaciones que tiene privar a la persona de su autonomía. Por eso es necesaria más formación a médicos y enfermeras en cuanto a indicaciones, proceso de información y consentimiento. La sedación es una herramienta necesaria pero hay que usarla bien.

 ¿Y lo más satisfactorio?

Lo mejor es cuando ves que la persona que está en este proceso es capaz de hablar de ello y de aceptar esta realidad aunque sea duro. Me gusta ver que hay personas que son capaces de tomar las riendas y que consiguen que las cosas se hagan como ellos desean. Es satisfactorio ver que hay personas que incluso llegan a aceptar el final con una sonrisa y agradeciéndote todo lo que has hecho por ellos.

¿Cómo se gestionan las emociones trabajando en esta área?

La carga emocional en cuidados paliativos es muy grande y cada uno hace un poco lo que puede porque aquí no está integrado en el día a día el apoyo psicológico al profesional. Para poder gestionarlo el autocuidado es fundamental y debemos buscar herramientas personales que nos permitan liberar el peso con el que nos cargamos al realizar este tipo de trabajo como pueden ser disfrutar de un paseo por la naturaleza, hacer algún tipo de meditación, escribir sobre tus emociones, hacer deporte, estar con la familia y los amigos, etc.

¿Se han producido avances en los últimos años en Galicia en el campo de los Cuidados Paliativos?

Desde mi punto de vista, se han producido pocos avances, por no decir retrocesos. En hospitalización a domicilio sí se amplió la cobertura con más equipos, pero a nivel general hay menos formación que antes, el Plan de Cuidados Paliativos está obsoleto y las unidades de hospitalización de cuidados paliativos sufren la dependencia de otras especialidades con otros intereses, el personal de enfermería es poco estable y con poca especialización, faltan profesionales de psicología, etc. El impulso que se dio con la creación del Plan Gallego se ha ido diluyendo con los años, las jubilaciones, la movilidad de personal, la falta de inversión en formación…

¿Cuáles son los principales retos en esta área en el futuro?

El principal reto que se plantea es la actualización del Plan de Cuidados Paliativos por parte de la Consellería de Sanidade. Es necesario un mayor compromiso institucional hacia los cuidados paliativos.

Asimismo, es fundamental fomentar la identificación precoz de las necesidades paliativas de los pacientes porque muchas veces llegan a cuidados paliativos en una fase muy final y sin haber aprovechado las opciones que le podría haber dado este enfoque de atención. Con la identificación precoz, se podría planificar la última fase de su vida y posibilitar que la persona participe de las decisiones que se van a tener que ir tomando en función de la evolución de su enfermedad. Es facilitar su autonomía para que pueda vivir esta etapa de su vida como decida, conforme a sus valores y preferencias.

También es necesario incrementar la formación en este ámbito porque la oferta en Galicia a día de hoy es escasa y hay pocos profesionales preparados. Es preciso fomentar la especialización para que se puedan crear perfiles de profesionales capacitados para los cuidados paliativos complejos y facilitar que trabajen específicamente en ello. Y también es necesaria más formación básica, también para médicos, en general para todos los profesionales que trabajen con enfermos crónicos. De este modo se podrá dar respuesta a las necesidades del día a día como es la identificación precoz, la comunicación de malas noticias, la planificación compartida de la atención, el alivio de síntomas y la sedación, la atención al duelo o bioética.

La Ley Orgánica 3/2021, de 24 de marzo, de regulación de la eutanasia reconoce el derecho de los ciudadanos a pedir la prestación de ayuda para morir. Con su entrada en vigor, la enfermera debe dar respuesta, dentro de su rol asistencial, a las solicitudes que le llegan pidiendo su participación en el proceso ¿qué opinión le merece este tema? ¿cómo está siendo la aplicación de esta ley?

En general en Galicia esta ley está teniendo bastante aceptación pero yo aprecio cierta dificultad de aplicación por todos los trámites burocráticos que los médicos tienen que realizar para poder aplicarla. Además, considero que se debe profundizar más en el proceso previo de información al paciente que solicita la ayuda. Creo que es preciso que, en el momento en el que el médico habla con el paciente sobre la ayuda para morir, haya un profesional de enfermería para ayudar en el proceso de comunicación velando por que la persona pueda expresarse libremente y no se quede con dudas. En este momento es muy importante tener claro si lo que el paciente está solicitando es realmente una eutanasia o si es simplemente una expresión de que está sufriendo mucho y necesita ayuda de otro tipo como alivio del dolor, o apoyo psicosocial. La enfermera puede ayudar en estas conversaciones.

¿Qué recomendarías a otros profesionales que quieran trabajar en esta área?

Lo que les diría es que para trabajar en cuidados paliativos es muy importante la formación en habilidades de comunicación. Además, también les recomendaría que hagan un trabajo previo interno para saber cómo es su relación con la muerte y cómo les gustaría a ellos que fuera su propio proceso de morir, ya que esto es muy útil para ayudar a otras personas en la etapa final de sus vidas.

Además, es fundamental tener una actitud de presencia. De querer estar, estar con mayúsculas. También tener una actitud amable, de hospitalidad, para que se sienta a gusto con nosotros. Y por supuesto una actitud de empatía compasiva, de ponerse en el lugar de la persona que está muriendo y querer ayudar, querer facilitar a la persona su paso por la última etapa de su biografía.

 

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Entrevista a Nuria Goti, enfermera especializada en Gestión de la Imagen Corporal

Nuria Goti es una compañera colegiada de COEPO que, tras 20 años encadenando diferentes trabajos como enfermera en el SERGAS, decidió dar un giro a su carrera profesional formándose en Imagen Corporal y abriendo su propia Clínica de Medicina, Estética y Salud. Hoy quiere compartir con nosotros su experiencia y mostrarnos nuevas vías para poder desarrollar nuestra profesión.

¿Cuál es tu experiencia como Enfermera?

Estudié Enfermería en Vigo y tras acabar la carrera me fui un año a trabajar a Lisboa. Cuando volví empecé a trabajar para el SERGAS en residencias y en una clínica privada con dermatólogos. A partir del año 2006, comencé a trabajar de manera continuada rotando por diversos servicios y cubriendo una vacante en quirófano del Meixoeiro pero, debido a un problema de salud, en el año 2019 tuve que coger una baja que acabó en incapacitación por parte del INSS y perdí la vacante. Esta situación me hizo reaccionar y comencé a pensar en que debía buscar otras alternativas y ahora mismo estoy terminando el Máster de Enfermera Gestora de la Imagen Corporal en Barcelona.

¿Por qué tras 20 años decides dar un giro a tu carrera profesional?

Debido a muchas circunstancias, día a día me fui desilusionando con mi profesión y no veía sentido a lo que estaba haciendo. Me presenté a cuatro oposiciones que aprobé  y no conseguí plaza y llegó un momento en el que me sentía una mera repartidora de medicación que no podía dedicar ni dos minutos a hablar con los pacientes y entender cómo se encontraban o qué necesitaban.

Además, el trabajo en quirófano tampoco me llenaba y sentía que no me estaba permitiendo desarrollarme ni evolucionar profesionalmente.

¿Qué opciones barajaste y por qué te decidiste por gestora de imagen corporal?

Cuando cambié el chip y decidí que tenía que buscar otras alternativas pensé en abrir una consulta de Enfermería pero lo descarté porque no le veía mucha salida y me decanté por la estética y por el cuidado de la imagen corporal.

¿En qué consiste el trabajo de una Enfermera Gestora de Imagen Corporal?

La enfermera que da apoyo a la persona en la gestión de su imagen, tiene en cuenta todos los factores, tanto internos como externos, que influyen en la autopercepción, la autoaceptación y la imagen personal.

Sus intervenciones van más allá de la actuación meramente física ya que acompaña a la persona interviniendo para ayudarla a aceptar su imagen o para mejorarla.

Nuestra formación y todos los conocimientos adquiridos nos capacitan para tener una visión global de la persona y nos permite ofrecerle cuidados más completos que los que pueden ofrecer otros trabajadores que no tienen esta formación.

Nuestro trabajo puede ir desde ser coach de salud o nutrición, hasta trabajar drenajes linfáticos, atender cuidados a medio o largo plazo de diversas cirugías, ayudar a curar heridas, infiltrar ácido hialurónico o hacer micro pigmentaciones. Además, también ayudamos a pacientes oncológicos, personas que han padecido quemaduras de tercer grado, accidentes o problemas postraumáticos.

Has decidido montar tu propio negocio ¿en qué consiste?

Junto a mi socia Silvana he abierto la clínica de medicina, estética y salud, en Vigo, en donde realizamos tratamientos estéticos innovadores muy demandados, con la colaboración de especialistas experimentados en Medicina Estética.

Realizamos tratamientos de mesoterapia facial, corporal y capilar; radiofrecuencia, toxina botulínica, ácido hialurónico; hilos tensores; rinomodelación; arañas vasculares; peelings; tratamiento de manchas; micropigmentación y microblanding; depilación láser, entre otros.

Además, también tratamos heridas y cicatrices con radiofrecuencia o PRP (plasma rico en plaquetas) que están dando muy buenos resultados.

¿Cuáles son vuestros planes de futuro más inmediatos?

Acabamos de empezar y vamos poco a poco pero nuestra intención es poder seguir ofreciendo nuevos tratamientos y alternativas innovadoras a los pacientes para el cuidado de su imagen corporal.

Además, me gustaría poder llegar a montar una unidad de Enfermería Oncológica vinculada a la imagen corporal. Por normal general, los pacientes oncológicos experimentan un montón de cambios físicos que afectan de manera directa a su autoestima y considero muy necesario que tengan asesoramiento y acompañamiento en este sentido para poder llevar la enfermedad de una manera menos traumática.

Podríamos hacer curas de la piel, recomendar productos para tratar el eritema que puede aparecer después de la radioterapia, abordar la alopecia, tratar las cicatrices o muchas cosas más.

¿Qué te aporta este nuevo trabajo que no te aportaba el anterior?

Este giro profesional ha despertado mi curiosidad por todo y mis ganas de seguir aprendiendo. Venir a trabajar ya no es un suplicio porque cada día es diferente y el trato que tengo con los pacientes es muy directo y cercano.

¿Qué recomendarías a compañeras o compañeros que se encuentren desanimados en este momento?

Les recomendarían que no se conformen, que confíen en ellas mismas y que busquen nuevas alternativas. Tenemos muchos conocimientos y podemos aplicarlos de muchas maneras sin depender del empleo público.

¿Cómo ves el futuro de la profesión?

Si no se amplían las plantillas creo que se va a perder completamente el trato con los pacientes y empeorará la calidad del servicio que prestamos. Esto hará que sigamos perdiendo la ilusión y que cada vez haya más profesionales frustrados.

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Entrevista a Raquel García – Enfermera de Urgencias en el HAC

La labor de una enfermera o un enfermero de urgencias conlleva una serie de acciones que difieren de otras especialidades de Enfermería. En muchas ocasiones se dice que se trata de un trabajo vocacional pero la práctica nos demuestra que no siempre es así.

Raquel García Cobas es enfermera interina de Urgencias del Hospital Álvaro Cunqueiro desde su apertura en el año 2015. Aunque estudió en Vigo, al acabar la carrera diversas circunstancias la llevaron a vivir en Italia y en Francia más de 10 años. Allí trabajó en diferentes hospitales y pudo conocer cómo funciona la sanidad en otros países y cómo es el trabajo de Enfermería en diferentes servicios.

Tal y como afirma, esta experiencia en el extranjero le sirvió para darse cuenta que en España tenemos un sistema sanitario muy bueno y que no hay profesionales de Enfermería mejor preparados que los españoles.

Raquel ha dedicado la mayor parte de su carrera a ser Enfermera en quirófano, pero desde que comenzó a  trabajar en Urgencias está convencida de que este es el área del Hospital donde más se aprende con mucha diferencia.

¿Qué le motivó para ser enfermera de Urgencias? 

Ciertamente lo de trabajar en Urgencias no fue algo vocacional porque antes de comenzar en esta servicio yo siempre había trabajado en quirófanos. La oportunidad se presentó cuando abrieron el HAC. Comencé a trabajar a media jornada y tanto mis funciones como el ambiente de trabajo me encantaron.

Trabajar en Urgencias nos ofrece a los profesionales la oportunidad de implicarnos en muchos casos diferentes y de tratar muchísimas patologías distintas, lo que hace que cada día aprendas algo nuevo y no te encasilles.

En Urgencias se aprende muchísimo. Aquí he aprendido mucho más que en todos los años que he estado estudiando o trabajando en otras áreas. Estoy convencida de que este es el área del Hospital donde más se aprende con mucha diferencia. 

 ¿Cómo es el día a día de la enfermera de Urgencias?

En Urgencias ningún día es igual a otro pero por norma general siempre hay mucho trabajo ya sea por la mañana, por la tarde o por la noche. El hecho de estar todo el tiempo en contacto directo con los pacientes hace que siempre tengas que estar alerta y disponible para cualquier necesidad que pueda surgir a lo largo de todo el turno.

Además, también depende de la zona en la que estés porque el tipo de trabajo no es el mismo en el área de críticos que en la zona de boxes o de consultas y triaje. Lo bueno es que todos vamos rotando por todas las zonas.

 ¿Qué cualidades cree que debe de tener una persona que quiera dedicarse a este tipo de enfermería?

Para mí, lo principal para poder sacar el trabajo adelante y que las situaciones que requieren respuestas rápidas no te superen, es tener orden y capacidad de reacción y adaptación. El tipo de patologías que se atienden en esta área precisan, en muchas ocasiones, actuaciones inmediatas por lo que también es muy necesario tener iniciativa a la hora de trabajar y ser muy activo.

Además, también se necesita una alta dosis de paciencia para poder llevar bien las quejas de pacientes y familiares que suelen estar susceptibles y acaban descargando con nosotras su frustración al ser las profesionales que mayor contacto tenemos con ellos.

 ¿Cuál consideras que es el aspecto más positivo de tu trabajo?

Una de las mejores cosas que tiene trabajar en Urgencias es sentir el agradecimiento de los pacientes a los que atendemos. Aunque en ocasiones nos encontramos con gente que nos habla mal, son muchas más las personas que valoran nuestro trabajo y se muestran agradecidas.

Es muy reconfortante cuando ayudas a salvar a un paciente como los que llegan con una parada o con un ictus. Saber que has contribuido a que la situación no haya sido más grave o irreversible te hace sentir una gran satisfacción. Cuando ves que el trabajo en equipo ha salido bien y que gracias a eso el paciente se recupera es un momento que recompensa todo lo malo que te puedas encontrar.

 ¿Y el más negativo?

El aspecto más negativo es la sobrecarga de trabajo que tenemos en ciertos momentos y el hecho de que los familiares de los enfermos descarguen con nosotros los problemas que se encuentran a la hora de ser atendidos.

 ¿Qué es para ti lo mejor del servicio de Urgencias de nuestra área sanitaria?

Sin lugar a duda lo mejor de todo es el trabajo en equipo que realizamos tanto Enfermería como auxiliares y médicos. Desde que llegué a Urgencias me he encontrado con un equipazo de gente superbién preparada.

 ¿En qué debería mejorar el servicio?

El área psiquiátrica debería replantearse y reforzarse. Tras la pandemia los pacientes psiquiátricos se han multiplicado y es necesario que en Urgencias estemos preparados para tratarlos como necesitan y darles los cuidados apropiados.

 La pandemia ha puesto en tela de juicio que España tenga uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, ¿cuál es tu opinión al respecto? ¿Tenemos realmente un buen sistema?

Mis circunstancias particulares me han permitido conocer tres sistemas sanitarios diferentes y considero que España tenemos el más justo. Igual no es el mejor en cuanto a listas de espera o a la atención primaria pero se da la circunstancia de que, por ejemplo, la atención primaria en otros países ni existe. Pese a las circunstancias creo que tenemos un buen sistema. Reconozco que se ha degradado mucho, pero creo firmemente que es de lo mejor que hay en Europa y en el mundo.

En cuanto a la Enfermería, considero que no hay profesionales mejor preparados que los españoles. La formación que tenemos no la supera ningún otro país de la Unión Europea y es algo que debemos poner en valor. Somos  gente muy preparada y la mayoría de las veces se nos subestima.

 

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