Nuria Goti es una compañera colegiada de COEPO que, tras 20 años encadenando diferentes trabajos como enfermera en el SERGAS, decidió dar un giro a su carrera profesional formándose en Imagen Corporal y abriendo su propia Clínica de Medicina, Estética y Salud. Hoy quiere compartir con nosotros su experiencia y mostrarnos nuevas vías para poder desarrollar nuestra profesión.
¿Cuál es tu experiencia como Enfermera?
Estudié Enfermería en Vigo y tras acabar la carrera me fui un año a trabajar a Lisboa. Cuando volví empecé a trabajar para el SERGAS en residencias y en una clínica privada con dermatólogos. A partir del año 2006, comencé a trabajar de manera continuada rotando por diversos servicios y cubriendo una vacante en quirófano del Meixoeiro pero, debido a un problema de salud, en el año 2019 tuve que coger una baja que acabó en incapacitación por parte del INSS y perdí la vacante. Esta situación me hizo reaccionar y comencé a pensar en que debía buscar otras alternativas y ahora mismo estoy terminando el Máster de Enfermera Gestora de la Imagen Corporal en Barcelona.
¿Por qué tras 20 años decides dar un giro a tu carrera profesional?
Debido a muchas circunstancias, día a día me fui desilusionando con mi profesión y no veía sentido a lo que estaba haciendo. Me presenté a cuatro oposiciones que aprobé y no conseguí plaza y llegó un momento en el que me sentía una mera repartidora de medicación que no podía dedicar ni dos minutos a hablar con los pacientes y entender cómo se encontraban o qué necesitaban.
Además, el trabajo en quirófano tampoco me llenaba y sentía que no me estaba permitiendo desarrollarme ni evolucionar profesionalmente.
¿Qué opciones barajaste y por qué te decidiste por gestora de imagen corporal?
Cuando cambié el chip y decidí que tenía que buscar otras alternativas pensé en abrir una consulta de Enfermería pero lo descarté porque no le veía mucha salida y me decanté por la estética y por el cuidado de la imagen corporal.
¿En qué consiste el trabajo de una Enfermera Gestora de Imagen Corporal?
La enfermera que da apoyo a la persona en la gestión de su imagen, tiene en cuenta todos los factores, tanto internos como externos, que influyen en la autopercepción, la autoaceptación y la imagen personal.
Sus intervenciones van más allá de la actuación meramente física ya que acompaña a la persona interviniendo para ayudarla a aceptar su imagen o para mejorarla.
Nuestra formación y todos los conocimientos adquiridos nos capacitan para tener una visión global de la persona y nos permite ofrecerle cuidados más completos que los que pueden ofrecer otros trabajadores que no tienen esta formación.
Nuestro trabajo puede ir desde ser coach de salud o nutrición, hasta trabajar drenajes linfáticos, atender cuidados a medio o largo plazo de diversas cirugías, ayudar a curar heridas, infiltrar ácido hialurónico o hacer micro pigmentaciones. Además, también ayudamos a pacientes oncológicos, personas que han padecido quemaduras de tercer grado, accidentes o problemas postraumáticos.
Has decidido montar tu propio negocio ¿en qué consiste?
Junto a mi socia Silvana he abierto la clínica de medicina, estética y salud, en Vigo, en donde realizamos tratamientos estéticos innovadores muy demandados, con la colaboración de especialistas experimentados en Medicina Estética.
Realizamos tratamientos de mesoterapia facial, corporal y capilar; radiofrecuencia, toxina botulínica, ácido hialurónico; hilos tensores; rinomodelación; arañas vasculares; peelings; tratamiento de manchas; micropigmentación y microblanding; depilación láser, entre otros.
Además, también tratamos heridas y cicatrices con radiofrecuencia o PRP (plasma rico en plaquetas) que están dando muy buenos resultados.
¿Cuáles son vuestros planes de futuro más inmediatos?
Acabamos de empezar y vamos poco a poco pero nuestra intención es poder seguir ofreciendo nuevos tratamientos y alternativas innovadoras a los pacientes para el cuidado de su imagen corporal.
Además, me gustaría poder llegar a montar una unidad de Enfermería Oncológica vinculada a la imagen corporal. Por normal general, los pacientes oncológicos experimentan un montón de cambios físicos que afectan de manera directa a su autoestima y considero muy necesario que tengan asesoramiento y acompañamiento en este sentido para poder llevar la enfermedad de una manera menos traumática.
Podríamos hacer curas de la piel, recomendar productos para tratar el eritema que puede aparecer después de la radioterapia, abordar la alopecia, tratar las cicatrices o muchas cosas más.
¿Qué te aporta este nuevo trabajo que no te aportaba el anterior?
Este giro profesional ha despertado mi curiosidad por todo y mis ganas de seguir aprendiendo. Venir a trabajar ya no es un suplicio porque cada día es diferente y el trato que tengo con los pacientes es muy directo y cercano.
¿Qué recomendarías a compañeras o compañeros que se encuentren desanimados en este momento?
Les recomendarían que no se conformen, que confíen en ellas mismas y que busquen nuevas alternativas. Tenemos muchos conocimientos y podemos aplicarlos de muchas maneras sin depender del empleo público.
¿Cómo ves el futuro de la profesión?
Si no se amplían las plantillas creo que se va a perder completamente el trato con los pacientes y empeorará la calidad del servicio que prestamos. Esto hará que sigamos perdiendo la ilusión y que cada vez haya más profesionales frustrados.